jueves, 18 de abril de 2024

La tienda de antigüedades

Jaren seguía su rutina habitual. Iba al súper de referencia, era el mismo al que solían ir sus padres, así que siguió con la tradición familiar porque se conocía los productos y su ubicación. Iba distraído con la música y el móvil cuando un gato lo devolvió a la realidad al cruzársele con energía. Al levantar la vista, vio una tienda de antigüedades que no reconocía. Decidió entrar. 

No parecía haber nadie. La tienda estaba llena de estanterías con objetos que podían explicar historias de otras épocas. Él los miró fascinado. Al fondo de la tienda, había un mostrador con un timbre oxidado al estilo de los hoteles de antes. “¿No hay nadie?” Se preguntó.

Fue a tocar un objeto; una caja de música. Los colores, que debían ser cálidos, se perdieron en marrones apagados. Al abrirla, empezó a sonar una melodía, y vislumbró, como si lo viera por los sentidos, cómo se le aparecía un salón de baile. Él se sintió un olor a perfume. Por instinto, se miró el cuerpo y se visualizó en un vestido rosado, con guantes y zapatos, todo como si fuese perteneciente a otro siglo.

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