jueves, 18 de abril de 2024

Cuentos de Jaren: la caja de música

 Era una niña de aproximadamente unos diez años. Sentía presión en el pecho y nervios en el estómago. Parecía como si fuese a hacer algo importante. Como si alguien esperase algo de ella. Jaren lo podía sentir. Delante suyo un señor le tendía la mano. Jaren, en el cuerpo de la niña, la agarró y por instinto empezó a moverse. Comenzó a bailar con el señor, iban al mismo compás y Jaren sintió como la presión se rebajaba. No entendía lo que sucedía pero podía percibir lo importante que era eso para la niña. Al terminar el baile, el hombre se agachó a la niña para decirle algo. “Feliz cumpleaños, Amanda. Espero que te guste mi regalo. Espero que tu tío no se haya equivocado al elegirlo. Sé que lo que más amas en el mundo es la música.” 

El señor calló un momento pensativo y prosiguió.

“Que no te engañen Amanda, por muchos corsés que debas ponerte, tú sabes quién eres. Eres Amanda, tocas el piano y el violín con una pasión desbordada, y nada es más importante que hacer aquello que te hace sentirte viva”. 

Jaren sintió un escalofrío y como por arte de magia, la imagen, tal y como había venido, se esfumó.

“Bienvenido”, escuchó que venía de lejos. 

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