Alguien entró en la tienda y sacó a Jaren de su ensimismamiento.
-¿Qué tal, chico? ¿Como va?- pronunció una alegre e inesperada Pandora.
Jaren no respondió. Se la quedó mirando aún sin entender lo que acababa de experimentar.
-La caja de la fortuna, ¿eh? ¿Has podido ver tu futuro? ¿Vas a ser banquero? ¿Electricista? ¿O te quedarás en el antigüero por siempre?- bromeó la chica.
-¿Qué?- dijo Jaren empanado - Hombre, la verdad es que mi fututo no sea caerme de un avión y acabar en el mar, la verdad- respondió él sarcásticamente. Pandora sonrió de una forma más amplia.
-Con que caías del cielo, eh… qué interesante-.
-¿Interesante por qué? ¿Qué significa?- dijo él entre curioso y molesto.
-¿Qué significa para ti? ¿Cómo ves tu futuro, Jaren?- respondió ella en un tono afable.
-Pues… no lo tengo nada claro. Quizás estudio derecho, pero no soy buen estudiante, no lo sé…- Jaren se mostraba inquieto. Su porte era recogido y su cara exhibía una evidente preocupación y molestia.
-Qué suerte entonces- afirmó Pandora - eso significa que tienes la libertad de poder elegir cualquier cosa. No tienes un camino preestablecido para ti, puedes decidir y el acto de poder tomar cualquier decisión es la máxima exponencia de la libertad-.
-No es verdad. Tengo mis limitaciones como estudiante, no tengo buena memoria y me cuesta concentrarme. Además que vengo de una familia humilde, no puedo estudiar en universidades claras, por ejemplo. No creo que nadie sea tan libre…- Jaren hizo una pausa- además, cuando tienes tantos posibles caminos, ¿no te parece que es demasiado? Es abrumador.
Pandora lo miró reflexiva e inexpresiva, a duras penas parpadeando.
-Tienes razón. Todo siempre es demasiado, porque todo es literalmente todo. Y somos libres en la medida en la que nuestro abanico de oportunidades nos permite serlo. Nuestro origen, el punto de partida del que venimos marca mucho. Pero no creo que por ello tengamos un destino prohibitivo. Algo se puede hacer dentro de ese abanico. No está todo perdido, ¿no?-
Jaren se ruborizó. Aún no había asimilado lo vivido y Pandora le generaba una sensación de inseguridad muy grande dado que no la entendía bien.
-No te imaginaba tan profundo, Jaren. Estoy gratamente sorprendida. Ya me contarás qué te sucede cuando toques la caja de (la fe).-
Jaren desvió la mirada hacia la caja plateada. Con que la caja de la fe. Se volvió para mirar a Pandora y la chica ya no estaba. Jaren rió levemente. Qué chica tan misteriosa, qué poco le agradaba.
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