domingo, 8 de diciembre de 2024

Carolina: madre, trabajadora, hermana y compañera

“Me levanto pronto, desayuno, ¿Jaren se ha despertado ya? Parece que sí, saco el pollo para que se descongele, ay madre mía, cómo está el comedor, luego tengo que poner orden y pasar el aspirador por la casa y…”, suspiro. 

Carolina no puede más. Se levanta temprano para ir a trabajar. Coge el coche. La misma caravana todas las mañanas. Llega a la oficina. Coge el papeleo nuevo y suspira. Tiene muchas cosas que hacer hoy. Mira el móvil un momento. Su hermano necesita ayuda con algo. Suspira de nuevo. Un nuevo whatsapp de Jaren, que quiere ir a un concierto, que si van juntos. ¿Va tarde al insti? No debería tener el móvil en ese momento. Le llega la notificación con las facturas de luz y gas. Carolina bloquea el móvil. Hora de ir a por otro café. 

“Necesito vacaciones. Y un spa. Y estirarme en una hamaca y que un camarero de buen ver me traiga un cóctel”. 

Pero ahora no hay vacaciones, ni spa, ni una hamaca. Hay un montón de papeleo, correos y faena por hacer. Y en casa una lavadora que hay que poner. Y un comedor que ordenar. Y un pollo que hacer a la plancha junto a unas verduras porque el fin de semana se ha pasado de la raya con la comida. 

-¡Carol! Este fin de semana ha sido mi cumpleaños. A media mañana invitaré a unos crusanes y café. ¿Te bajas con nosotros a la cafetería?- dice su compañera Diana. 

Carolina recuerda el pollo. Y las verduras. Y la lavadora. Y mira el taco de faena que tiene delante. 

-Sí, cuenta conmigo. ¡Felicidades!- Carolina abraza a su compañera. La compañera la agita ligeramente durante el abrazo haciendo un sonidito amigable. 

-Eres la mejor, Carol. Por cierto, gracias por ayudarme la semana pasada con el docu, era horroroso pelearse con el programa. Se me dan fatal los ordenadores. ¡No sé qué haría sin ti!-. 

Carolina siempre ha querido aprender a bailar y nunca ha podido. Es entonces, en ese momento, cuando ve la cantidad de cosas que tiene que hacer y además hace por otras personas, que decide que va siendo hora de probar esa actividad llamada zumba. 

“Aprenderé a bailar, porque me lo merezco”.